lunes, 19 de octubre de 2020

Zygmunt Bauman: "Resulta muy difícil encontrar una persona feliz entre los ricos"

 

Zygmunt Bauman: "Resulta muy difícil encontrar una persona feliz entre los ricos"

"El nuevo manifiesto 'Generativi': lo que tu puedas aportar a la sociedad es lo único que nos va a salvar"

"La felicidad es el gozo de superar momentos infelices. Sin conflicto nuestra vida sería aburrida", explica el sociólogo

"Los nazis eran transparentes, iban al mal y lo hicieron. Pero el comunismo nos defraudó"

Zygmunt Bauman:
Zygmunt Bauman en Barcelona (Propias)
  

Si una persona al filo de los noventa años te cita en el Majestic a las nueve menos cuarto de la mañana, es que está en forma. Lejos de su inseparable pipa, este disidente órdago del capitalismo e hipercrítico con el comunismo, polaco con pasaporte británico, tiene aspecto de hombre que sabe más por lo que calla que por lo que dice. Y ha dicho mucho.

Nacido en Poznan en 1925, Zygmunt Bauman es uno de los intelectuales europeos vivos más relevantes, premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2010, junto a Alain Touraine. Cree que la desigualdad se instaló entre nosotros para quedarse y que la élite política hace décadas que no habla el mismo lenguaje que la gente. Esa modernidad líquida que él bautizó es ya modernidad licuada y, a poco que se complique, evaporada...

De ascendencia judía, sus padres huyeron del país tras la invasión alemana, en 1939, y se instalaron en la Unión Soviética. Expulsado en 1968 de la Universidad de Varsovia por razones políticas, Bauman reprendió su labor docente en las universidades de Tel Aviv y Haifa. Desde 1971 es profesor emérito de sociología en la Universidad de Leeds.


Quisiéramos saber más de usted que de sus ideas, aunque no sé si son indisociables. ¿Es muy o poco consumista?
Uno no puede escaparse del consumo ¡forma parte de tu metabolismo! El problema no es consumir, es el deseo inacabable de seguir consumiendo... Desde el paleolítico los humanos perseguimos la felicidad... pero los deseos son infinitos. Las relaciones humanas quedan secuestradas por esa manía de apropiarse de cuantas más cosas mejor.


Los domingos por la mañana las familias británicas no van a misa, van al centro comercial. ¿Es ese nuestro nuevo templo?
Soy muy cauto a la hora de comparar consumismo y religión. La religión es una transgresión, te lleva más allá de tu vida. En América, antes, la tradición era que se reuniera la familia alrededor de la mesa, para comer y dialogar. ¡En los últimos años eso ya sólo lo hacen el 20% de familias!


¿Se ha roto esa idea nuclear de la familiar?
Sí, era una interacción física. Ahora, en cambio, uno se coge un bocadillo, se sienta ante del ordenador y se lo come. El ser humano de hoy se pasa siete horas y media delante de todo tipo de pantallas. Si no te interesa la interacción con alguien de la red aprietas un botón y adiós.

En las relaciones humanas no es tan fácil desconectar
El cuerpo a cuerpo te obliga a confrontarte con la diferencia. Gestionarla con los sentimientos, elaborarla. Un efecto colateral de esa disociación es que se ha perdido la voluntad del trabajo "bien hecho" también en las relaciones. Perdimos la capacidad de relacionarnos con preciso cuidado.


Pertenecemos a la especie del homo eligens, "el animal que elige", nos recuerda en "¿La riqueza de unos pocos nos beneficia a todos?" (Paidós). Si te mandan, eligen por ti; si eliges, renuncias. ¿Con qué se queda Bauman?: ¿mandar sobre tu vida -luego elegir- u obedecer?
Elige si te dejan. La libertad es más una idea que un ejercicio -que también- porque sólo soy libre en la medida que puedo actuar sobre mi vida sin interferir en las libertades ajenas.


Cualquier cosa que uno elija modifica el contexto
Porque resitúa la libertad de otros. Lo importante es tener la oportunidad de ejercerla. En estos momentos sólo hay un grupo muy reducido de hombres libres y una gran masa que queda fuera de juego.


Las clases medias pierden terreno y parte de ellas se están convirtiéndose en proletariado, una clase que usted ha bautizado como "precariado".
Lamento no haber leído el último libro de Thomas Picketty antes de escribir el mío porque cita cosas interesantes. Por ejemplo, que los derechos humanos es algo que hemos heredado de la Revolución Francesa. Nuestro horizonte -el que marque la distribución de la riqueza- debería ser el bien común. Los ricos actúan con toda esa riqueza -la mayoría la han heredado- con absoluta impunidad. Creen que ellos nunca podrán quebrar.


Las 85 personas más ricas del mundo atesoran una riqueza equivalente a 4.000 millones de las personas más pobres.¿Cuál es la persona pobre más feliz que ha conocido y la rica más infeliz con la que se ha topado?
¡Oh! Es muy difícil encontrar una persona feliz entre los ricos.

Bueno, entonces empecemos por los que no tienen nada.
Una persona pobre que logra desayunar, comer y, con suerte, cenar... es automáticamente feliz. Ese día ha logrado su objetivo. El rico -cuya tendencia obsesiva es enriquecerse más- acostumbra a meterse en una espiral de infelicidad enorme. La gran perversión del sistema de los ricos es que acaban siendo esclavos. Nada les sacía, se colapsan, ¡catástrofe!


Dice que vivimos el "síndrome de la impaciencia". ¿Podremos huir del desastre con instrumentos como el movimiento Slow?
El problema no está en el ritmo de las cosas -aunque el movimiento Slow a mi me parece muy interesante-, sino en que deberíamos cambiar integralmente nuestro modelo de vida. En mi país, el 50% de la comida acaba en el container ¡antes de sacar el envoltorio! Nos estamos jugando la sostenibilidad el planeta, somos unos depredadores.


Participó en la Segunda Guerra Mundial, combatió con el ejército polaco, trabajó para los servicios de información militares... ¿Cuál fue el peor momento de su vida y cómo consiguió recuperarse?
Al final, la vida no es una liga de fútbol donde puedas decir "mira, aquel partido fue el peor". Pero le contestaré con una anécdota que puede parecer evasiva pero no lo es. Una vez, al gran poeta Goethe -cuando tenía casi mi edad- le entrevistó Eckermann. "Dígame, ¿usted ha tenido una vida feliz?", le preguntó. Y Goethe contestó "Pues mire, sí, he tenido una vida feliz. Ahora bien, no me pregunte usted si tuve una sola semana feliz".

¿Entonces la felicidad no es la suma de momentos de felicidad, como dicen algunos?
No, la felicidad es el gozo que da haber superado los momentos de infelicidad. Haber logrado transformar tus conflictos, porque sin conflictos nuestras vidas, mi vida, hubieran sido un verdadero aburrimiento.


Habrá visto tantas circunstancias que se repiten cíclicamente -sociedades esperanzadas,  otras devastadas, las que quedan destrozadas, las que luego se recuperan...- ¿Le ha vuelto eso más escéptico?
Yo prefiero identificarme con el "hombre esperanzado". Hay una dinámica de la historia que te lleva al escepticismo como actitud, porque el optimista dice "estamos en el mejor mundo posible" y el pesimista piensa "bueno, igual el optimista tenga razón". Sobre ello les recomiendo Generativi di tutto il mondo, unitevi!, de M. Magatti y Ch. Giaccardo, un manifiesto de este mismo año que nos regala un concepto nuevo: la sociedad generativista.


¿Qué significa ese concepto acabado de acuñar: sociedad generativista?
La sociedad de consumo es un montaje que consiste en que cojas todo lo que hay a tu alrededor para llenarte tu. El manifiesto generativi propone lo contrario: todo lo que tu puedas aportar a la sociedad es lo único que puede llegar a salvarnos.


¿Cómo explicaría su "modernidad líquida" -perfecta definición de sociedad postmoderna, consumista y banal- a un niño?
Le enseñaría esto (Bauman coge una galleta en forma de estrella de la mesa) y le diría "si esto fuera una piedra, aunque yo la girara, le diera la vuelta o la pusiera boca abajo... no se vería afectada por nada. Luego le mostraría este vaso lleno de agua y le diría "esto, con sólo decantarlo, ¿ves?, se modifica". Y si ahora no estuviéramos en el Majestic, además, volcaría el agua sobre la mesa...
 


Adelante, adelante
Bueno, bastaría para explicarle a ese niño que la sociedad donde vive es flexible y extraordinariamente móvil. Antes, si le dabas un puñetazo a la realidad, la realidad no se movía. ¡Pruebe a hacerlo ahora! Antes uno soñaba poder trabajar durante décadas en la misma fábrica, ahora la meca de los jóvenes es trabajar en Silicon Valley... ¡y como mucho se están ocho meses!


Cuando analiza dos totalitarismos -nazismo y comunismo- concluye que los nazis eran criminales pero no hipócritas. Ejecutaban lo que proclamaban. "El comunismo, en cambio -añade- fue una fortaleza de hipocresía". Ya no es comunista, ¿sigue siendo de izquierdas?
Soy socialista. Efectivamente, los nazis eran transparentes: querían infligir el mal y lo hicieron. Sin espacio para dudas. El comunismo sí que fue una gran estafa, nos defraudó. Albert Camus ya lo advirtió: el comunismo es el mal bajo eslóganes de buenismo. Por eso en las filas comunistas surgió la real rebelión intelectual.


¿El desencanto, entonces, fue consecuencia de esa gran estafa comunista?
Absolutamente. Trajo el desengaño y la disidencia. ¿Igualdad?, bueno, se consiguieron algunas cuotas. Pero ¿Libertad? Nada. ¿Y fraternidad? ¡Todavía menos! Esa fue su gran contradicción.

Zygmunt Bauman, eminente sociólogo y filósofo, padre de la “modernidad líquida” –ese concepto que hemos adoptado como algo propio y familiar– es un hombre sencillo y sabio que vive tranquilamente en una modesta casa en Leeds (Reino Unido) y disfruta leyendo novelas del sudafricano J.M. Coetzee. Ha pasado por Barcelona para celebrar el 30º aniversario de la colección Metatemas de Tusquets Editores. Sus amigos de Arcàdia (y Paidós) –han publicado varios títulos suyos– se encargaron de que se sintiera cómodo.

La lucidez, su agudeza y, tal vez, por encima de todo, su experiencia vital, le ha valido ser referente mundial ineludible, un pensador al que nada le resulta ajeno. Considera nuestra sociedad una de las más desiguales desde que, un día, los europeos nos creímos que con el estado del bienestar lo teníamos todo solucionado.

Hábil en zafarse de preguntas personales quedaron pendientes dos. Una: ¿Creyó usted en Dios alguna vez?. Otra: ¿Veremos finalmente sus memorias?

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Racionalización

 Racionalización

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Racionalización es un mecanismo de defensa que consiste en justificar las acciones (generalmente las del propio sujeto) de tal manera que eviten la censura. Se tiende a dar con ello una "explicación lógica" a los sentimientos, pensamientos o conductas que de otro modo provocarían ansiedad o sentimientos de inferioridad o de culpa; de este modo una racionalización implica transformar en pseudorazonable algo que puede provocar actitudes negativas ya sea para el propio sujeto o para su prójimo.

Un ejemplo es el caso de una persona que emplea humor cáustico en una relación interpersonal, y lo justifica interpretándolo como "juego" o "diversión", y no como una crítica o actitud agresiva. Es importante hacer notar que, para ser considerada racionalización, el sujeto debe creer en la solidez de su argumento, no empleándolo como simple excusa o engaño consciente.

Síntesis del concepto[editar]

Es un procedimiento psíquico de estructura neurótica por el que un sujeto persigue otorgar una explicación o justificación coherente, desde un punto de vista lógico, y aceptable para los otros, desde un enfoque ético, de un acto, de una determinada conducta o actitud, reñida con valoraciones sociales o externas. En la racionalización, el superyó (instancia principalmente censuradora) puede jugar funciones contradictorias: ya que el superyó es en gran medida la internalización de las normativas morales que transmite el padre –y con menor intensidad la madre– que llevan a la configuración o constitución del psiquismo de cada sujeto durante la infancia del mismo; el superyó puede ser el que provoque (sentimiento de culpa mediante) las racionalizaciones de aquello que provoca un conflicto inconsciente en el sujeto, pero también un superyó (en cuanto conjunto de normativas y cosmovisiones adquiridas durante la infancia) puede en muchos casos ser un facilitador de las racionalizaciones y, más aun: un motivador de las actitudes negativas hacia el prójimo que luego requieren el proceso de hacer un jutsu sexi En otros términos –y dando ejemplos muy simples– si el superyó ha instaurado un respeto absoluto hacia todo el prójimo, cualquier acto que contradiga a tal imperativo es susceptible de ser racionalizado con algún subterfugio; por contraparte si el superyó que se ha establecido en el sujeto le facilita actitudes negativas (supongamos a alguien criado en un ambiente altamente etnocéntrico de modo que el "extraño"–el otro cultural o social– es percibido como "inferior") hacia el prójimo "extraño" o "extranjero", ante la percepción consciente de reproches o reacciones, el sujeto racionalizará de acuerdo a lo establecido por el superyó e intentando acomodarse al principio de realidad.

La motivación de la conducta, en términos psicoanalíticos, es inconsciente. La sospecha de que no es bien vista por el otro o los otros lleva a buscar las argumentaciones que la legitimen. El sujeto opera de este modo sin saber cuáles son los hilos que lo mueven en este proceso. El concepto de "racionalización" como dictamen supone un trabajo de interpretación analítica.

Análisis teórico[editar]

En su trabajo La racionalización en la vida cotidiana, Ernest Jones introdujo este vocablo en el lenguaje psicoanalítico.

Como procedimiento conductual, es muy corriente. El espectro psicopatológico que abarca es muy extenso, pues va desde el pensamiento del sujeto normal hasta los verdaderos delirios.

Debido al hecho de que toda conducta es susceptible de admitir una explicación o justificación coherente, se hace difícil juzgar, si, en términos reales es "insuficiente".

El terapeuta trata de mostrar a la persona analizada que está equivocada al buscar las razones que aduce para fundamentar una emoción, un pensamiento o una conducta. El sujeto suele ser renuente a aceptarlo. En estos casos actúa la "resistencia". O incapacidad de vivencia de una determinada verdad de matiz emocional, que enlaza lo inconsciente con lo consciente.

Un neurótico obsesivo, o compulsivo, puede racionalizar sus "rituales" de higienización previa a las comidas, explayándose sobre las normas médicas de higiene.

Cuando no se trata de meros síntomas neuróticos, sino de perfiles caracterológicos muy arraigados, la demostración de la racionalización se torna más dificultosa para el profesional.

Las fuentes que alimentan las racionalizaciones, son diversas. El sujeto apela a ideologías conformadas histórica o socialmente, a la moral vigente en un medio social o en una doctrina filosófica, a las concepciones religiosas, a convicciones políticas individuales o de la comunidad...

Para el pensamiento psicoanalítico, la racionalización sigue el camino que en la vida onírica, y de acuerdo con la interpretación freudiana de los sueños, se denomina elaboración secundaria, acordando un guion a los elementos dispersos.

Es frecuente que se use en lugar de racionalización, el vocablo intelectualización. El pensamiento freudiano actual entiende que son significaciones distintas.

Bibliografía[editar]

  • Diccionario de psicoanálisis. Jean Laplanche & Jean-Bertrand Pontalis. Bajo la dirección de Daniel Lagache. Barcelona: Paidós, 1993.

Véase también[editar]

Razonamiento

 Razonamiento

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En sentido amplio, se entiende por razonamiento a la facultad que permite resolver problemas, extraer conclusiones y aprender de manera consciente de los hechos, estableciendo conexiones causales y lógicas necesarias entre ellos. En sentido más restringido se puede hablar de diferentes tipos de razonamiento:

  • El razonamiento argumentativo en tanto actividad mental se corresponde con la actividad lingüística de argumentar. En otras palabras, un argumento es la expresión lingüística de un razonamiento.
  • El razonamiento lógico o causal es un proceso de lógica mediante el cual, partiendo de uno o más juicios, se deriva la validez, la posibilidad o la falsedad de otro juicio distinto. El estudio de los argumentos corresponde a la lógica, de modo que a ella también le corresponde indirectamente el estudio del razonamiento. Por lo general, los juicios en que se basa un razonamiento expresan conocimientos ya adquiridos o, por lo menos, postulados como hipótesis.1​ Es posible distinguir entre varios tipos de razonamiento lógico. Por ejemplo el razonamiento deductivo (estrictamente lógico), el razonamiento inductivo (donde interviene la probabilidad y la formulación de conjeturas) y razonamiento abductivo, otros.

Razonamiento hipotético-deductivo

Este tipo de razonamiento o pensamiento es la base del conocimiento científico y socialmente académico, siendo uno de los que más se mide a la realidad y a la comprobación de las premisas que se establecen con base en la observación.

Se parte de la observación de la realidad de una serie de casos particulares para generar una hipótesis, de la cual a su vez se deducirán posibles consecuencias o interpretaciones de lo observado. Estas, a su vez, deberán ser falsables y contrastarse empíricamente para comprobar su veracidad.

Este tipo de razonamiento es considerado como uno de los más complejos e intelectuales (Piaget, por ejemplo, lo asocia al último estadio de desarrollo y lo considera típicamente adulto a pesar de que muchos adultos pueden llegar a no poseerlo).

Ello no quiere decir necesariamente que siempre se den con resultados válidos, siendo un tipo de razonamiento que también es sensible a los sesgos. Un ejemplo de este tipo de razonamiento lo podemos encontrar por ejemplo en el descubrimiento de la penicilina y su transformación en un antibiótico.

Razonamiento lógico

En un sentido restringido, se llama razonamiento lógico al proceso mental de realizar una inferencia de una conclusión a partir de un conjunto de premisas. La conclusión puede no ser una consecuencia lógica de las premisas y aun así dar lugar a un razonamiento, ya que un mal razonamiento aún es un razonamiento en sentido amplio, no en el sentido de la lógica.

Lógica aristotélica

 

Lógica aristotélica

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Aristóteles según un manuscrito de su Historia naturalis de 1457.

La lógica aristotélica es la lógica basada en los trabajos del filósofo griego Aristóteles, quien es ampliamente reconocido como el padre fundador de la lógica.1​ Sus trabajos principales sobre la materia tradicionalmente se agrupan bajo el nombre Órganon («herramienta») y constituyen la primera investigación sistemática sobre los principios del razonamiento válido o correcto.2

Para Aristóteles, la lógica era una herramienta necesaria para adentrarse en el mundo de la filosofía y la ciencia. Sus propuestas ejercieron una influencia sin par durante más de dos milenios,1​ a tal punto que en el siglo XVIII, Immanuel Kant llegó a afirmar:

"Que desde los tiempos más tempranos la lógica ha transitado por un camino seguro puede verse a partir del hecho de que desde la época de Aristóteles no ha dado un sólo paso atrás. [...] Lo que es aún más notable acerca de la lógica es que hasta ahora tampoco ha podido dar un sólo paso hacia adelante, y por lo tanto parece a todas luces terminada y completa." Crítica de la razón pura, B, VIII

El trabajo de Aristóteles se consideraba desde los tiempos clásicos, y particularmente durante la época medieval en Europa y el Medio Oriente, como la imagen misma de un sistema completamente elaborado. Sin embargo no estaba solo: los estoicos propusieron un sistema de lógica proposicional que fue estudiado por los lógicos medievales. También se estudió el problema de la generalidad múltiple. No obstante, no se consideraba que los problemas de la lógica aristotélica, tuvieran que necesitar soluciones revolucionarias.

En la actualidad, algunos académicos afirman que el sistema de Aristóteles no puede aportar mucho más que valor histórico, debido a la llegada de la lógica matemática. Sin embargo, la lógica de Aristóteles se emplea, entre otros campos de estudio e investigación, en la teoría de la argumentación para ayudar a desarrollar y cuestionar críticamente los esquemas de argumentación que se utilizan en la inteligencia artificial y los argumentos legales.

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Lorenzo Valla

Lorenzo Valla

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Lorenzo Valla
Portret van Lorenzo Valla Laurentius Valla (titel op object), RP-P-1909-4359.jpg
Lorenzo Valla.
Información personal
Otros nombresLaurentius Valla
Nacimiento1407
Roma
Fallecimiento1457
Roma
ReligiónIglesia católica Ver y modificar los datos en Wikidata
Educación
Educado enUniversidad de Pavía Ver y modificar los datos en Wikidata
Alumno de
Información profesional
OcupaciónFilósofooradoreducadorescritortraductorfilólogo,
EmpleadorUniversidad de Pavía Ver y modificar los datos en Wikidata
AlumnosPomponio Leto Ver y modificar los datos en Wikidata
Movimientohumanismo renacentista

Lorenzo Valla (Laurentius Valla en su nombre latinoRoma1406/1407 - ibídem1 de agosto de 1457) fue un humanista, orador, educador y filósofo italiano, considerado el pionero de la crítica histórica y filosófica, primo del también humanista Giorgio Valla.

Fue conocido en su tiempo por su demostración de que la Donación de Constantino, documento mediante el que el papado se arrogaba el dominio de extensos territorios de Occidente, era una falsificación. En el terreno de la filología bíblica, su aportación máxima fueron los comentarios al Nuevo Testamento, que serían la base de la crítica textual de humanistas posteriores como Erasmo de Róterdam. Otro aspecto por el que fue relevante es su redacción de una nueva gramática latina, las Elegancias de la lengua latina (De elegantia linguae latinae), que superaba las gramáticas medievales y enseñaba un latín clásico de gran corrección y elegancia. Asimismo, destaca su tratado de lógica aristotélica Disputaciones dialécticas (Dialecticae disputationes), que simplificaba y racionalizaba la decadente escolástica cristiana.1

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